Por: RAFAEL CASTILLO PACHECO
Lo que se podría concluir luego de conocer el informa del Señor Auditor General sobre el desempeño de la Contraloría Distrital de Barranquilla, es que el esfuerzo de esa entidad ha estado volcado, sin resultados tangibles, en mayor grado hacía el fortalecimiento institucional, a la postre infructuoso, más que hacía el control fiscal que debe ejercer sobre las entidades de su competencia.
Lo que se podría concluir luego de conocer el informa del Señor Auditor General sobre el desempeño de la Contraloría Distrital de Barranquilla, es que el esfuerzo de esa entidad ha estado volcado, sin resultados tangibles, en mayor grado hacía el fortalecimiento institucional, a la postre infructuoso, más que hacía el control fiscal que debe ejercer sobre las entidades de su competencia.
Los ciudadanos esperaríamos que en un volumen de hallazgos administrativos como los 52 que se identificaron, deberían ser encontrados de diversa índole en proporción igual o superior pero por el Contralor sobre las dependencias oficiales del Distrito que controla, si existiesen razones objetivas para ello. Eso debería ser lo usual y lo correcto de las cosas. El cazador ha terminado cazado, porque si alguna fortaleza debería distinguir a una Contraloría es su capacidad técnica para acompañar y evaluar planes de mejoramiento de los entes que vigila, asunto que está ausente en la de Barranquilla, por lo menos eso es lo que exhibe un nivel de ejecución tan bajo de su Plan presentado a la Auditoria con una reducción en más de 20 puntos al comparar 2008 contra 2007.
Los planes de mejoramientos surgen de los hallazgos realizados en las inspecciones a las cuentas de las entidades controladas, y son ellas las que deben elaborarlo para la aprobación de las Contralorías. El elemento distintivo del Plan debe ser el de eliminar que se repitan todos los factores de riesgos que generaron los hallazgos y buscan la mejora continua de las entidades para que se orienten hacia los fines misionales. Si las estrategias, las actividades, los tiempos, los costos, logros e indicadores de un plan de mejoramiento no están evaluados por expertos en las temáticas públicas, difícilmente van a tener una traducción que satisfaga el interés de extirpar el riesgo de reincidir en el hallazgo. Por tanto, en términos castizos si el Plan de mejoramiento de la Contraloría acusa déficit en su ejecución, uno podría pensar que hay problemas de idoneidad en el recursos técnico y humano que tiene el organismo para enfrentar el tema, que deberían se materia de evaluación por parte del Concejo, porque se estaría replicando un modelo nada ortodoxo con las entidades que se vigilan, lo que dificultaría el control político
No quisiera esperar una nueva audiencia del Auditor para conocer los anuncios de cambios que el Doctor Iglesias ha proclamado. Serán sus actuaciones inmediatas las que nos traerán tranquilidad, si está interesado en cambiar la imagen de la entidad . Una Contraloría calificada con 2.8 sobre 5 no nos da el sosiego suficiente a los Barranquilleros sobre la manera como la actual administración del Distrito de Barranquilla, está manejando los recursos públicos, aunque creamos en la probidad de buena parte de los funcionarios, encabezados por el Alcalde. No son suficientes los testimonios de los funcionarios sobre el buen hacer del gasto público, por eso son importantes los roles que juegan los organismos de control
Ninguna entidad puede mantenerse al margen del controEl tema de la transparencia ha sido una consigna del Alcalde Char, y como tal debería preocuparle la suerte de la Contraloría. En primer lugar porque ese tema de la deuda del organismo que en un 86% estarían cargo del Distrito, podría también estar entreteniendo al Contralor alejándolo de sus funciones cruciales, y restándole independencia. En segundo lugar, si el tema de la lucha contra la corrupción se hace de forma sistémica al interior de todo el Distrito, podría influir al interior de su partido y de su bancada en el Concejo (incluyo los concejales que lo respaldan) para que la contraloría recupere toda su capacidad técnica y su condición de órgano autónomo e independiente como lo señala la carta política.
El tema es de fondo, es que la ciudad necesita una refundada Contraloría para hacer un buen y robusto control fiscal que estudie los estados financieros, determine la juridicidad de las operaciones del Gobierno, que mida su gestión por resultados, a la luz de las mejores prácticas mida la eficiencia y la eficacia de las políticas públicas y audite las cuentas de la administración. Creo que el 7 lugar de la Contraloría Departamental, y no el último de la de Soledad debería animar el devenir del organismo de control fiscal de Barranquilla
Ninguna entidad puede mantenerse al margen del control fiscal, y todas las entidades deben rendir cuentas a la sociedad, como principio garante de la democracia participativa