Por: RAFAEL CASTILLO PACHECO
El espectáculo ampliamente anunciado en medios de comunicación regional con toda la pompa por el Diario El Heraldo, reuniría todos los atractivos para que sus múltiples lectores en el mundo pudieran seguir la trasmisión desde su página web. No pasarían muchas horas, tal vez unas cuatro de iniciado el evento, cuando la zozobra se apoderaría de periodistas y directivos, al ver que las imágenes del evento se volverían pausadas, al ejemplo de cámara lenta, en momento en que Hansel Y Raúl hacían su aparición.
Cuenta Orlando que la dicha cubriría los rostros de todo el equipo técnico, al ver que las visitas a la pagina crecían cada minuto, y justo cuando unas trescientas personas en línea gozaban del frenesí del evento, detonaría el primer mortero disparado desde uno de los rivales del rating, impactando el computador de protección que la productora de Rafael Casadiego, había habilitado para blindar la trasmisión del espectáculo. No recoreria mucho el segundero en su tránsito hacía el minuto, cuando una nueva explosión cibernética teledirigida por otra presunta productora de televisión se hizo sentir. Se inauguraría entonces, un bombardeo sistemático y continuo que no pararía sino a las 8 horas, cuando los canales estarían repitiendo algunos programas emitidos durante el día y mentadas series, según su criterio, de resonante éxito en el pasado. La tentativa de colapsar la web del diario para impedir la trasmisión tendría la reversa de una bala.
Las cadenas de televisión, desde su posición dominante, siguiendo el ejemplo de Netzeek, podrían creerse embebidos de la facultad de determinar el tipo de señal que se pueda producir y emitir, asunto en la que con astuta complicidad sustituyen al Estado. El episodio ayudaría a recordar los 37 años de Creeper, del primer virus que infectó una maquina IBM que reproducía en la pantalla la leyenda “soy una enredadera”, seguida de la expresión “agárrame si pueden”, como en la Guarapera diría del Joe con los Latin.
La experiencia para Orlando, uno de los técnicos de la trasmisión, era realmente nueva, aun considerándose un aventajado conocedor del tema de los hackers. Su disciplinado entrenamiento lo inicia desde la tarde extendiéndolo hasta la madrugada en la red de Internet batiéndose con sus rivales con las reglas previstas en el San Andreas Multiplayer, SAMP, su juego preferido. Traería a cuento, para ilustración de su historia, el enfadoso hecho de un argentino, autoproclamado “Dios” de la red y para sus colegas un virtuoso de la naturaleza que ejercita con postín el inefable arte del “crackeo”. Netzeek, según se llama, con sus ataques DDOS puede destruir los pórtales de juego de sus competidores, como le ocurrió al SAMP, para que solamente los ciberjugadores utilicen los creados por él. La práctica de la más exquisita burdalidad, llega al extremo de mostrar su página, cuando la dirección electrónica que se esta clickeando es de un competidor. Si lograran restablecerlas, no tardaran días en volverlas a tumbar.
A las 8 de la mañana del 17 de Diciembre, más de 15 personas penetrarían a las locaciones del estadio Romelio Martínez para poner a funcionar cuatro cámaras de televisión, dos portátiles y dos computadores grandes. Uno de los computadores jugaría el papel de escudo antimisiles, cumpliendo misiones de protección que tendría en la jornada una utilización prodigiosa.
Ciertamente, los virus crecen en progresión geométrica y sus antídotos en progresión matemática. Aún así, hoy en día es factible establecer en gran porcentaje de casos, de donde provienen los ataques. Todos los computadores como los abonados a internet, tiene una dirección que los identifica, como es la dirección de su casa, y ese código o identificación en lenguaje informático se le denomina IP. Cientos de decenas de IP organizarían sus ataques separados por 30 segundos buscando saturar el sitio web del matutino regional pretendiendo ocultar su verdadero rostro probablemente valiéndose de Sprut, el potente software Ruso, que satura los anchos de bandas. El bombardeo cibernético fue tan intenso que llevaría a la página a un estado de zombi, congelando la imagen por más de cinco minutos. Pudieron utilizar una de las variedades de Socket, comenta Orlando con cierta celebración
Las historias de páginas web tumbadas o intervenidas son abundantes y entretenedoras. Por ejemplo la información de la web del Senado Mexicano fue sustituida por una graciosa fotografía de la Chilindrina, uno de los personajes del Chavo del Ocho. La página de la Comunidad Europea que preside España, fue atacada hace pocos días con el virus XSS colocando una imagen del famoso cómico Ingles Mr. Bean en lugar de una de Zapatero, mofándose el autor de su gran parecido físico. Igual suerte ha corrido la web del Pentágono, de American On Line y la de la guardia civil Española En casi todas hay un ingrediente común – comenta el ingeniero Jerson Herrera-: Son casi siempre jóvenes talentosos, que actúan en el anonimato, que buscan probar las fortalezas de sus desarrollos con fines de diversión, burlando sitios web que se consideran impenetrables. Finalmente unos 12.250 ciberespectadores rotarían durante casi doce horas de trasmisión, lo que resultaría satisfactorio para productores y organizadores. Pero el trasfondo de la narración, adicional a lo contado, no sería un caso paradigmático esa disputa en la red de lo que estaría ocurriendo con el proceso de adjudicación del tercer canal de televisión? No son estos episodios, parte de la intrincada disputa de varios consorcios constituidos en la lucha por el tercer canal? rafaelcastillopacheco@hotmail.com
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