lunes, 18 de enero de 2010

¿POR QUE CIERTOS TEMAS DE LA SALSA CLASICA GRABADA HACE 30 Y 40 AÑOS, SOLO ES ÉXITO HOY? ANALISIS DE PELUSA, LEY MARTIN, ADLAID STEVENSON, VICTOR B

¿POR QUE CIERTOS TEMAS DE LA SALSA CLASICA GRABADA HACE 30 Y 40 AÑOS, SOLO SON ÉXITO HOY? ANALISIS DE PELUSA, LEY MARTIN, ADLA

Por: RAFAEL CASTILLO PACHECO
No hay ninguna evidencia científica, tampoco estudios de mercadeo que lo sustenten, pero si lo dice Víctor Buelvas, el conocido programador a quien Jairo Paba bautizó como “Terror” tiene que contener ingredientes de realidad. Casi que sugiriendo un axioma de probabilidades, para Buelvas, el milagro de revestir de éxito hoy una gama de temas de la salsa clásica o vieja, después de 30 y 40 años de haber sido grabada, es porque hay un veleidoso incentivo en los programadores de música que a fuerza de repetírselo a los miles de seguidores del genero que se agolpan en los estaderos, logran el embrujo porque son capaces de identificar tanto el gusto como el carácter de las personas. Los Disk jockey se comparan con los astrólogos, porque están habilitados para leer sin incluir los costos de la inflación, lo que dicen las estrellas, de la salsa por supuesto. Las emisoras con solicitudes continuas de los oyentes se ven presionadas a difundir los temas.

Para “Terror” eso tampoco es un salmo a la espontaneidad ni obedece a una irrefrenable pasión descubridora a secas, más bien el acto está precedido de una capitulación sentimental de las imperecederas que tiene los disc-jockey, que luego de conquistar a las damas encebadas por la magistralía de su repertorio, estas al poco tiempo estiman que se les agotó el encanto o que sencillamente ese embeleso no es suficiente para sostener un amorío, dándoles el tiempo de vida de un rosetón al furtivo noviazgo. Florecen entonces las dedicatorias con prosas de desencanto, que hablan del despecho sufrido, como son todas las canciones que logran imponer, siendo su ejemplo vivo - dice Víctor Buelvas- “El Guaguancó del Adiós” , “Sigue Feliz” y “Tartara”. Pero temas como “Cachondea”, “El Tabacón” y “Capitán”, entre varios éxitos, escapan a la teoría de “Terror”
Ley Martín, el fogoso y siempre creativo hombre de la radio del Caribe Colombiano, tiene una percepción distinta. Martín cree que en la hiperbólica producción musical de dos largas décadas estuvieron embutidos los mejores planos de la audición musical del universo, “tanto que no alcanzo a sonar toda en la época”. Se necesitarían días de 48 horas, o que las gentes suprimieran todo tipo de actividad productiva, lo que representaría un costo de oportunidad alto para la sociedad, pues se renunciaría hasta hacer el amor para entregarse a las fauces de esa música. Martin dice –con intenciones de dar alientos a los caza éxitos como el- que el repertorio por descubrir es de una cavidad tal, que falta echar mano de un 50% no programado. Willie Colón, Joey Pastrana, Joe Quijano, Ricardo y Richie, Héctor la Voz, Tony Pabòn , Las Estrellas de Fania y Ruben Blades se escucharan por 7 generaciones , y quien sabe por cuánto tiempo más , si sus herederos no quieren asumir el costo de dejarla penar.
Martin comparte el criterio que los códigos fuentes de esos éxitos están encriptado en las consolas de los estaderos, pero descarta un propósito malévolo o malqueriente en los disc jockey de desarraigar del firmamento la salsa “motel” o la “llorisalsa”. Pero podría haber una especie de rebeldía silenciosa que grita con los temas al descollar en los bailes, que toman como un segundo cuarto de hora con aires de revancha la dupleta de coleccionistas y disc jockey
Jorge Gonzales, un hombre de 54 años, que hace 30 compartía los estudios de bachillerato con un mostrador en Discolombia en la Calle Jesús de Barranquilla, hace una evocación que le atraganta él habla, al verse invadido por los recuerdos. “Salìa a tirar pases”, comenta, como un valor agregado que respaldaba la sugerencia que le hacían al melómano cliente que llegaba buscando exclusividades o tesoros escondidos para seducir a su vecindario. Gozaba de un privativo ojo de halcón para elegir los temas. Gonzales, afirma categóricamente que fue la payola, una especie de paga en dinero constante a los locutores que alteró sus biorritmos y sus gustos, la que tuvo un impacto nocivo en la espiral afanosa de la música salsa. Los locutores dominaban todo la superficie de la programación, con una soberanía que hoy envidian los que solo pueden dar la hora, imponiendo su voluntad a unos oyentes felices que aceptaron revolver sus gustos.
Era de esperarse, que un escritor y periodista de tendencias radicales, como puede definirse a Adlaid Stevenson pusiera la nota discordante, distanciándose de las aseveraciones de sus interlocutores, porque para él lo que ocurrió fue un proceso de detente después que apareciera el alegórico boom de la salsa. “La ciudad abandonó la salsa y se dedicó la conservatismo musical” dice sin estupor. “Ahora muchos diskockeys encuentran esos discos perdidos, de calidad, y los ponen como si fueran de hoy”. Su verticalidad la hace manifiesta cuando le mete toxina al tema, comentando:- En la salsa local hay mucho fundamentalismo e idolatría de discos.- ¿Lo del fundamentalismo es que están casados con ciertos conceptos solamente? le pregunta un interlocutor- No se mueven y se cabrean cuando se les dice otras cosas. Los coleccionistas, por ejemplo- Para ellos la salsa fue lo que se hizo y punto-. Le contrapuntean.-Ellos viven de ese negocio y no les interesa que alguien se los mueva-. Remata
Adlaid entona sus argumentos, planteando, que hay un sinfín de música salsa desenvainándose en el mundo, pero que a Barranquilla no llega “porque esta desconectada del mundo”, fruto de su proceso de detente, de beneplácita petrificación. En eso incidió, dice Stevensòn, la payola coincidiendo en el tema con González, que tuvo en los intérpretes de música Vallenata, sus más dilectos impulsores, agrega.
El último de los invitados es Álvaro Cabarcas Charris, un Barranquillero de Cevillar que saltó de la Escuela Orquesta del INEM a navegar por todo los cielos de Europa y América con el paradigmático Grupo Niche y el inolvidable Tito gomez. Tiene la visión del músico integral, que ejecuta en su piano con destreza esos ritmos, melodías y armonías, con el valor adicional que otorga conocer el mercado por dentro, las entrañas del monstruo. Pelusa, como es más conocido, dice que a “partir de los 90 se jodio la cosa por las disqueras que querían imitar todo lo que se vendía y se crearon un mismo sonido para todos”. Para esos estadios de voluptuosos atributos musicales, cada orquesta tenía un sonido que la distinguía como la Orquesta Capri o Bobby Rodríguez, como en los seres humanos, las huellas dactilares no se repiten, comenta Pelusa. Si las disqueras impusieron sus reglas de mercado, buscando economías de escalas como si se estuviera hablando de productividad sobre acres de tierras, nada podía esperarse de las emisoras consentidas como estaban, con la jugosa payola
El conversatorio concluye con una pregunta para cada uno de los exponentes.¿No te lamentas que temas como Capitán hubieran pasado por tus manos, y tú no los hubieras identificado como éxito? - Le preguntan a Ley Martin._ Cuando salió esa canción en 1.974, yo no estaba en la radio. Habría que hacerle la pregunta Pedro Juan Meléndez. –Respondió cierta ironìa.
“Terror” quien gana con éste reimpulso que ha tenido la salsa clásica? - Es preguntado Víctor.-Los jóvenes, que creen estar bailando música nueva-. Contesta.
Jorge, puedes recordar un tema donde se haya pagado una “payola” cuantiosa? Interrogan a González._ Si, “me Deja el Avión” de Diomedes Díaz.
Adlaid puedes mencionar una agrupación contemporánea que esté produciendo Salsa con calidad? Se le inquiere al escritor.- La Spanish Harlem Orchrestra, que ha tenido a cantantes como Rey de la Paz y Rubén Blades-. Responde sin vacilar.
Pelusa recomiéndate dos temas con la certeza que pueden ser éxito? Interviene el moderador.- “Los Salseros se van” de Willie Rodríguez, y “Todos por Barranquilla”.
Este último de quién es? Es interrogado El pianista- De pelusa y la banda Caramba. Jajaja.
rafaelcastillopacheco@htomail.com

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